Rediseño
de Negocios Usando Patrones
Compartiendo Pr�cticas para Aumentar la Productividad
Indice
del Cap�tulo
11.1
El mercado del conocimiento de procesos
11.2 Un modelo digno de considerarse: open source
software
11.3 El desarrollo de patrones y software de
apoyo
11.4 Consecuencias para la educaci�n
11.5 Consecuencias para el desempe�o de las
empresas
CAPITULO
11: CONSECUENCIAS DEL ENFOQUE PROPUESTO
En
este cap�tulo examinamos algunas consecuencias que se derivan del
enfoque de patrones propuesto en este libro, las cuales, as� lo
estimamos, abren posibilidades insospechadas en la mejora de las
pr�cticas de gesti�n y desarrollo de software de apoyo. Al mismo
tiempo, entregamos nuestra percepci�n acerca de c�mo se pueden desarrollar
y proyectar los patrones hacia el futuro.
11.1
El mercado del conocimiento de procesos
El
conocimiento asociado a las pr�cticas de gesti�n particularmente
aquellas incorporadas en los procesos y el software de apoyo
al funcionamiento organizacional, han tenido una oferta que ha ido
variando en el tiempo. As�, poco despu�s de la introducci�n del
computador, en las d�cadas de los 60 y 70, este conocimiento era
fundamentalmente propietario, ya que las pr�cticas de trabajo y,
especialmente, el software de apoyo eran desarrollados en forma
particular para cada empresa. Esto hac�a dif�cil que otras empresas
pudieran profitar del tal conocimiento, ya que los mecanismos de
transferencia por ejemplo, contrataci�n de personal con experiencia
en otras empresas, publicaciones profesionales e instituciones educacionales
no eran eficientes.
La
situaci�n anterior cambi� significativamente en las d�cadas posteriores,
en cuanto a accesibilidad al conocimiento de gesti�n, al masificarse
el uso del computador y aparecer los paquetes de software de apoyo
a la gesti�n finanzas y contabilidad, producci�n, ventas,
personal y otros y al producirse una codificaci�n de la gesti�n
en "mejores pr�cticas" por parte de las empresas consultoras.
Sin embargo, el conocimiento sigui� siendo propietario, pero disponible
para aquellas empresas que pudieran pagar, debido al costo del software
y/o de la consultor�a en mejores pr�cticas. Adem�s, el mercado se
segment� de acuerdo con las posibilidades de pago de las organizaciones.
As�, existen soluciones econ�micas de paquetes de software de gesti�n
en el orden de unos pocos miles de d�lares que tienen
pr�cticas de trabajo impl�citas que debe descubrir y adaptar el
usuario, sin apoyo de consultor�a, ya que �sta ser�a mucho m�s cara
que el producto.
Un
segmento intermedio con rangos de precios de varias decenas
de miles y unos pocos cientos de miles tampoco contiene pr�cticas
de trabajo expl�citas, pero el software provee una serie de par�metros
y opciones que permitir�an adaptar, dentro de ciertos l�mites, el
apoyo computacional a los procedimientos que la empresa utiliza
o a otros redise�ados; por ejemplo, una opci�n para pagar autom�ticamente
a proveedores a partir de lo consumido de bodega, para situaciones
en que ellos manejan el stock que queda en consignaci�n. Sin embargo,
pocas empresas usan esta posibilidad de manejo expl�cito de procesos
y se conforman con implementar los paquetes en forma r�gida, eligiendo
par�metros u opciones por defecto excepto aquellos que, obviamente,
deben adaptarse, como tasas de IVA, leyes sociales e impuestos y
plan de cuentas de la contabilidad. Esto se debe a que el esfuerzo
de analizar procesos, sin tener elementos expl�citos de referencia,
es complejo, demoroso y requiere de consultores especializados que
son costosos.
Por
�ltimo, tenemos el segmento alto de software de gesti�n sobre
medio mill�n de d�lares, el cual s� define pr�cticas de gesti�n
expl�citas. Estas toman la forma de modelos de referencia [20] en
la terminolog�a de uno de los proveedores l�deres, los cuales
son modelos de procesos que atacan en forma superficial las pr�cticas
de trabajo, enfatizando, m�s bien, el apoyo computacional al proceso.
Sin embargo, proveen muchas opciones de manejo de un proceso, por
medio de la posibilidad de seleccionar entre cientos de modelos
de referencia alternativos por ejemplo, para planificaci�n
de producci�n en empresas que fabrican en forma discontinua (job
shop) o para empresas de producci�n continua y de adaptar
un modelo de referencia particular a un caso espec�fico, junto con
el software de apoyo, por medio de par�metros y opciones por
ejemplo, para manejar inventario de productos o trabajar just
in time. El esfuerzo de adaptaci�n de los modelos de referencia
y del software es complejo y requiere especialistas de alto nivel
teniendo muchas de las empresas internacionales l�deres de
consultor�a grupos que proveen este tipo de apoyo que son,
tambi�n, de significativo costo*. Esto ha hecho que muchas
empresas grandes que te�ricamente pueden pagar tales costos
hayan evitado el uso de los modelos de referencia y, por lo tanto,
el an�lisis de los procesos, centr�ndose en la adaptaci�n indispensable
del software para que calce con la situaci�n vigente. De hecho,
algunos consultores de empresas internacionales declaran expl�citamente
que, para asegurar el �xito en la implementaci�n de estos paquetes,
deben realizarse los menos cambios posibles en el software empaquetado
[18]. Adem�s, los proveedores de �stos han reaccionado ante esta
tendencia proveyendo v�as r�pidas de implementaci�n que tienen como
filosof�a la de m�nimo cambio en el software y, por lo tanto, en
las pr�cticas del proceso.
Todo
lo anterior nos lleva a concluir que el mercado del conocimiento
de manejo de procesos, envasado en paquetes de software de gesti�n,
tiene una oferta que por las rigideces y dificultades de adaptaci�n
de tales paquetes no facilita ni promueve la innovaci�n en
las pr�cticas asociadas a los procesos.*
Se
podr�a argumentar, no obstante, que se puede aplicar conocimiento
de manejo de procesos, no envasado en software disponible
en la literatura y por medio de especialistas calificados,
para redise�arlos e implementarlos con software hecho a la medida.
Sin embargo, esta posibilidad es cada d�a menos eficiente, ya que
el costo de construir software desde cero tiende a encarecerse en
comparaci�n al de los paquetes. Adem�s, el riesgo de que las aplicaciones
a la medida funcionen con enormes demoras o, que no funcionen, es
alto, de acuerdo a la experiencia, y muchas empresas est�n evit�ndolo.
�Cu�l
es, entonces, el camino para sacarle partido al enorme activo de
conocimiento de manejo de procesos existente, para redise�ar los
procesos de una empresa y crear el software de apoyo?
El
enfoque expuesto en este libro provee, en nuestra opini�n, una v�a
para resolver la disyuntiva planteada. Explicamos, a continuaci�n,
la manera en que proponemos que esta v�a se desarrolle.
11.2
Un modelo digno de considerarse: open source
software
El
concepto de software-fuente-abierto que consiste en hacer
disponible sin costo los programas-fuente ha tenido un violento
desarrollo debido a la popularizaci�n de Internet. Esto se explica
por el hecho de que este canal provee un medio eficiente y barato
para hacer disponible el c�digo en forma masiva.
Ahora
bien, �por qu� abrir el software? La idea fundamental que lo justifica
es lo que podemos llamar "desarrollo cooperativo". Es
decir, al estar los programas-fuente en las manos de muchas personas,
mejora la probabilidad de identificar errores en el software uno
de los problemas que no han podido solucionar ni los m�s grandes
fabricantes de paquetes, el cual todos sufrimos d�a a d�a
y hace posible que muchas inteligencias contribuyan a la mejora
del producto. El supuesto detr�s de esta idea es que hay gente competente
dispuesta a trabajar gratis por alg�n tipo de motivaci�n: reputaci�n,
entretenci�n, etc. Que esto es posible ha sido probado en el caso
m�s famoso de software abierto: Linux. Este sistema operativo, derivado
de UNIX uno de los pocos que corre en m�ltiples plataformas,
ha llegado a ser tal vez el mejor en su tipo particularmente
en cuanto a su confiabilidad con la colaboraci�n de muchos
desarrolladores de todo el mundo [22].
Aparentemente,
una de las motivaciones de los que han contribuido al desarrollo
de Linux es poder contar con un producto perfeccionado libre
de errores, estable, eficiente para beneficio de ellos mismos
y otros. Esto no significa que no haya oportunidades de lucro asociadas
a este tipo de producto: los beneficios monetarios provienen de
los servicios necesarios; por ejemplo, actualizaci�n de versiones,
empaquetamiento y distribuci�n, soporte y consultor�a. De hecho
hay firmas comerciales que realizan estas tareas y cobran por ello
[58].
Linux
ha tenido tal �xito que, recientemente, los due�os de uno de los
productos l�deres en el mercado de los browsers Netscape
Communicator han hecho p�blico su c�digo fuente*.
El
modelo Linux no debe confundirse con la idea del regalo indiscriminado
de software propuesto por los adherentes al shareware,
que implica la propiedad p�blica de toda forma de software y donde,
habitualmente, no hay desarrollo colaborativo y se distribuye s�lo
c�digo ejecutable.
11.3
El desarrollo de patrones y software de apoyo
Examinamos,
a continuaci�n, c�mo seguir con el desarrollo de los patrones y
software de apoyo.
En
primer lugar, consideremos el caso de grandes organizaciones que
tienen muchas r�plicas del mismo proceso. Un caso presentado en
este libro es t�pico al respecto: el de atenci�n de pacientes en
consultorios y hospitales. Al tener grandes organizaciones t�picamente
p�blicas que manejar un importante n�mero de unidades de servicio
por ejemplo, cientos, es claro el beneficio de desarrollar
patrones de atenci�n y software de apoyo en forma centralizada y
dejar en las manos de cada unidad las peque�as adaptaciones locales
y la implementaci�n. Otros casos del sector privado ser�an grandes
bancos con cientos de sucursales, donde se replican varios procesos
que deber�an corresponder a un patr�n y software �nicos, y grandes
empresas de telecomunicaciones, donde m�ltiples centros geogr�ficos
de negocios, que proveen los mismos productos y servicios, deber�an
tambi�n compartir patrones de procesos y software. Un ejemplo de
empresa que evidentemente ya ha hecho lo reci�n indicado por
lo menos, al nivel de las pr�cticas humanas del proceso es
McDonalds, que asegura las mismas pr�cticas de atenci�n en cada
punto de venta del planeta.
En
este tipo de caso reci�n descrito, es evidente que se justifica
un esfuerzo particular dentro de cada una de las organizaciones
para tener sus propios patrones y software.
En
el caso de empresas que no tienen las econom�as de escala de las
organizaciones reci�n analizadas particularmente medianas
y peque�as, el desarrollo de patrones y software debe ser
necesariamente colaborativo. Bosquejamos, a continuaci�n, c�mo creemos
que deber�a ser este esfuerzo.
Primeramente,
los patrones debieran tener un desarrollo abierto, al estilo de
Linux, por medio de su publicaci�n en un sitio Web. Esto permitir�a
el libre uso de ellos y su perfeccionamiento por medio de propuestas
de mejoras de los patrones existentes, nuevas versiones por especializaci�n
a dominios m�s restringidos e, incluso, especializaciones para casos
particulares. La administraci�n de versiones de los patrones podr�a
estar inicialmente a cargo de una instituci�n acad�mica, para, posteriormente,
pasar a ser ejecutada por un consorcio de usuarios, al estilo del
OMG. De hecho, ya se ha dado un primer paso en esta direcci�n y
se han publicado los patrones disponibles en el sitio de este autor*,
al cual se ir�n agregando los nuevos patrones que se propongan en
el futuro.
La
justificaci�n del porqu� las empresas deber�an colaborar en este
esfuerzo se deja para despu�s de explicar c�mo deber�a desarrollarse
el software de apoyo a los patrones.
Al
tener patrones p�blicos aceptados por una comunidad de usuarios,
ser�a posible que empresas desarrolladoras de software dise�aran
y construyeran clases de objetos con crecientes grados de especializaci�n
para diversos dominios tal como se mostr� en el Cap�tulo 9.
Estas clases ser�an los m�dulos con los cuales una empresa particular
compr�ndolos en el mercado podr�a armar una soluci�n
de apoyo computacional a un redise�o de proceso, hecho a partir
de cierto patr�n de dominio, por medio de especializaci�n. Este
enfoque de desarrollo de software tiene un precedente en librer�as
de clases que existen en el mercado por ejemplo, APIs Java,
ampliamente usadas para construir los componentes de menor nivel
de los sistemas, como men�s pull down, pantallas de ingreso
de datos, botones, etc. Adem�s, existen los EJB (Enterprise Java
Beans), rese�ados en el Cap�tulo 9. Estos, como se explic�,
proveen un modelo ideal para desarrollar las clases orientadas al
negocio que se derivan de los patrones, el cual permite que se elaboren
de manera descentralizada, por m�ltiples proveedores, y que se puedan
integrar por medio del software de contenedores y CORBA para su
ejecuci�n.
Lo
reci�n se�alado permitir�a la creaci�n de un mercado competitivo
de EJB que proveer�a las clases que se derivan de los patrones de
proceso, dentro del cual un usuario podr�a encontrar, eventualmente,
m�ltiples opciones para la misma clase. Esto implica que la construcci�n
del apoyo a un redise�o particular ser�a hecha por especializaci�n
e integraci�n de componentes (clases EJB), minimizando el desarrollo
de c�digo hecho a la medida.
Lo
reci�n dicho es ventajoso tanto para los usuarios como para los
proveedores de componentes, ya que los primeros evitar�an costosos
desarrollos de software a la medida infactibles para empresas
peque�as y medianas, teniendo una gran capacidad de adaptaci�n
por especializaci�n, y los segundos, podr�an vender sus componentes
m�ltiples veces.
Volvemos,
ahora, a considerar la motivaci�n que tendr�a un usuario para colaborar
en el desarrollo de los patrones. Esta provendr�a, fundamentalmente,
de hacer factible el uso de los patrones, tanto desde el punto de
vista de su disponibilidad como de la existencia de software de
apoyo preconstruido. En efecto, si no hay un esfuerzo colaborativo
de muchas empresas medianas y peque�as, no ser� posible que cada
una de ellas cuente con patrones que les permitan mejorar sus procesos
de negocios, por problemas de disponibilidad de talento y recursos
financieros. Adem�s, si no existen patrones elaborados y concordados
en forma colaborativa por varias empresas, no ser� factible el desarrollo
de los componentes de software que habilitan los procesos
por parte de empresas especializadas. Por lo tanto, si no hay colaboraci�n,
no hay patrones ni software y, consecuentemente, mejora de procesos,
lo cual pone en peligro la viabilidad de este tipo de empresas.
Esto
no implica que esperemos que las empresas se agolpen para participar
en una iniciativa de este tipo, ya que los beneficios que se pueden
obtener son a largo plazo e inciertos. Pero creemos que se pueden
formar grupos de empresas similares en un determinado sector por
ejemplo, empresas pertenecientes a asociaciones de exportadores
para desarrollar patrones y mostrar en la pr�ctica los beneficios
de la colaboraci�n, cuya factibilidad fue probada por el proyecto
San Francisco de la IBM, rese�ado en el Cap�tulo 3. Los patrones
derivados de esta colaboraci�n no ser�an p�blicos, pero existir�a
la posibilidad de vend�rselos a otras empresas, junto con el software
de apoyo, siguiendo tambi�n el precedente del proyecto San Francisco.
Esta idea podr�a replicarse en varios sectores incluyendo
grupos de empresas PYMES, que podr�an ser apoyadas con fondos p�blicos
de fomento lo cual, junto con la experiencia de empresas con
replicaci�n en las cuales ya se est� trabajando intensivamente
en el desarrollo de patrones, servir�a como efecto demostraci�n
para que otras empresas adoptaran el enfoque.
El
conjunto de un patr�n que resume el conocimiento que existe
respecto a c�mo manejar un proceso en un determinado dominio de
aplicaci�n y el software de apoyo que hace posible llevar
a la pr�ctica cierto manejo en la forma de clases de componentes
que se pueden integrar en un sistema lo hemos llamado Orgware
(ver Cap�tulo 1), para denotar el hecho de que contiene rutinas
de gesti�n y computacionales que "hacen funcionar" una
organizaci�n, generando comportamientos y un desempe�o apropiados.
El Orgware es un concepto nuevo que da la misma importancia a la
definici�n expl�cita y dise�o de las pr�cticas del negocio que al
dise�o y construcci�n del software de apoyo, y provee una metodolog�a
para generarlas en forma coherente y unificada. Los enfoques tradicionales
de desarrollo de sistemas y de paquetes de software han considerado
de una manera lateral e imperfecta esta interrelaci�n, que estimamos
vital para asegurar buenos dise�os de procesos y adecuado software
de apoyo. Por lo tanto, creemos que nuestro enfoque ofrece una oportunidad
para solucionar un problema largamente vigente en el uso de las
TI en las organizaciones, cual es el divorcio entre los usuarios
que manejan procesos y los especialistas que proveen soluciones
computacionales. La unificaci�n de pr�cticas organizacionales y
software en el Orgware hace que los usuarios y especialistas tengan
un lenguaje com�n que facilita una colaboraci�n arm�nica entre ellos.
Recientemente,
otro autor ha identificado un concepto similar al de Orgware; es
el Messyware, que consiste en el conocimiento institucional
en una cierta �rea, la experiencia del capital humano, pr�cticas
de negocios, servicio, foco en la calidad y activos de TI que tiene
una organizaci�n para manejar un negocio [24]. No es el producto
o servicio nuclear de la empresa, sino todo lo que lo rodea y, seg�n
el creador de este concepto, es el que explica el valor de muchas
empresas, particularmente aquellas creadas alrededor de la Web.
Si bien el concepto de Messyware puede parecer m�s amplio
que el de Orgware, el conjunto de procesos y software de apoyo desarrollados
a partir de los patrones, debidamente implementados en el
contexto que provee el recurso humano de la organizaci�n, que se
origina en el segundo concepto, es razonablemente equivalente a
lo que incluye el primero.
La
idea de Messyware ha sido elaborada s�lo para explicar el
porqu� algunas empresas que ofrecen servicios en la Web como
Yahoo, Amazon, Dell y otras est�n cambiando ciertos mercados
y, a trav�s de ello, domin�ndolos. La tesis es que la ventaja competitiva
de estas empresas est� en las complejas pr�cticas y otros aspectos
incluidos dentro del Messyware, necesarias para intermediar
con �xito entre productores y consumidores. Sin embargo, no hay
una metodolog�a acerca de c�mo generar un buen Messyware.
En cambio, nuestro Orgware est� centrado en la idea de c�mo generar
pr�cticas y software que tengan �xito en cualquier tipo de negocio,
lo cual lo hace m�s general y orientado al cambio organizacional.
11.4
Consecuencias para la educaci�n
Al
tener patrones de procesos predefinidos, aceptados por muchas empresas,
las universidades, que tienen carreras relacionadas con la gesti�n,
pueden acceder a conocimiento p�blico respecto a las mejores pr�cticas.
Esto abre varias posibilidades.
Primero,
los patrones proveen una manera muy natural para integrar el conocimiento
funcional que se ense�a en los diversos cursos de gesti�n operaciones,
finanzas, recursos humanos, m�todos cuantitativos y de apreciar
c�mo las teor�as funcionales y las pr�cticas que se derivan de ellas
se insertan en un proceso. Esto tiene mucho valor para los alumnos,
ya una duda existencial habitual de ellos es c�mo y d�nde se puede
utilizar el conocimiento adquirido en un ramo.
Segundo,
perfeccionando lo anterior, se podr�an desarrollar simuladores de
procesos para lo cual ya existe software apropiado, algunos
de los cuales se han usado en este libro que permitieran a
los alumnos hacer operar un proceso y establecer el efecto en su
desempe�o de cambios en las pr�cticas de trabajo, derivadas de un
conocimiento funcional reci�n adquirido. Lo importante es que esto
obliga al alumno a pensar en forma sist�mica y darse cuenta de que
mejoras locales de pr�cticas pueden ser anuladas por efectos estructurales
del proceso.
Tercero,
lo ya dicho permite la creaci�n de cursos talleres, verdaderos laboratorios
paralelos a los cursos funcionales, en los cuales los alumnos experimenten,
aplicando el conocimiento funcional al redise�o de los procesos,
idealmente en casos de empresas reales. Esto se vuelve muy factible
hacerlo en per�odos cortos de tiempo, ya que todo el conocimiento
de contexto est� predefinido en los patrones y el alumno s�lo tiene
que centrarse en la aplicaci�n del conocimiento espec�fico asociado
a una parte del proceso, afectada por cierto dise�o funcional.
Cuarto,
por medio de los laboratorios del punto anterior, las universidades
se pueden convertir en las codificadoras del conocimiento de procesos,
al incorporar a los patrones conocimiento originado en propuestas
funcionales y validadas emp�ricamente en casos concretos de mejora
de procesos.
Por
�ltimo, lo dicho puede originar una nueva especialidad en las carreras
de ingenier�a: la de Ingeniero de Procesos de Negocios. Esta ser�a
una mezcla de las actuales Ingenier�a Industrial o Comercial con
Ingenier�a en Computaci�n, con un componente adicional que ninguna
de �stas tiene actualmente, cual es un conocimiento profundo de
las teor�as y metodolog�as asociadas al redise�o de procesos.
11.5
Consecuencias para el desempe�o de las empresas
Las
empresas que usen un enfoque como el propuesto en este libro en
las modalidades discutidas en el punto anterior tienen una
posibilidad inmejorable de incrementar sustantivamente tanto su
servicio al cliente como su productividad.
Consideremos
primero el caso de las organizaciones que tienen replicaci�n. De
�stas, las que no han analizado en forma unificada los procesos
que se replican en m�ltiples instancias que son la mayor�a
tienen la posibilidad de reemplazar implementaciones extremadamente
ineficientes en decenas o cientos de puntos diferentes. Para demostrar
este punto, tomemos los casos de hospitales y consultorios p�blicos
y de una empresa de servicios de telecomunicaciones. A la luz de
trabajos de redise�o de procesos hechos en hospitales espec�ficos
cuyos resultados se dan en los Cap�tulos 4, 7, y 8,
que muestran un bajo uso de la capacidad instalada, particularmente
pabellones, y un enorme potencial de disminuci�n en los tiempos
de servicio, es claro el valor de aplicar el enfoque propuesto.
De hecho, el retorno social de un proyecto de este tipo debe ser
much�simo mayor que cualquier otro proyecto de infraestructura hospitalaria,
ya que estamos hablando de la posibilidad de reducir a la mitad
los tiempos de atenci�n (incluido tratamiento) y de incrementar
el uso de pabellones al doble por mejora en los procesos, con recursos
humanos y f�sicos constantes. Asimismo, en el caso de la empresa
de telecomunicaciones, un proyecto en ejecuci�n actualmente ha determinado
un potencial de mejora en reducci�n del tiempo de servicio, con
recursos constantes, de, a lo menos, 50% y la eliminaci�n de costos
significativos asociados al inadecuado servicio.
Si
extrapolarnos los casos ejemplificados a diversas instituciones
p�blicas m�ltiples puntos de atenci�n del SII, Ser vicio de
Registro Civil e Identificaci�n, diversas reparticiones de ministerios,
retenes de Carabineros, etc. y empresas privadas AFP,
Isapres, bancos, compa��as de seguros, cadenas de supermercados,
cadenas de farmacias, etc., tenemos un potencial de incremento
de productividad insospechado, junto con mejoras del servicio. De
las situaciones reci�n ejemplificadas, ya hay estudios preliminares
de aplicaci�n de patrones en bancos y compa��as de seguros, donde
se ha confirmado que es factible disminuir los tiempos de servicio
significativamente, incrementando, al mismo tiempo, la productividad
por mayor volumen de casos procesados.
Ahora,
respecto al caso de empresas que no tienen replicaci�n particularmente
aqu�llas medianas y peque�as, no hay precedente todav�a respecto
a la mejora de procesos usando patrones. Sin embargo, otros estudios
m�s tradicionales de an�lisis y mejora de pr�cticas de trabajo han
entregado resultados muy desalentadores respecto al desempe�o de
los procesos de ellas. As�, por ejemplo, es habitual encontrar en
estas empresas un manejo informal del inventario de productos terminados
y de insumos, sin criterios ni procedimientos dise�ados para producir
un resultado esperado. Esta lleva, en el caso de productos terminados,
a la insatisfacci�n de pedidos de clientes con casos estudiados
en que la insatisfacci�n llega a 10% de ellos con exceso de
inventario, al mismo tiempo, siendo una cifra t�pica de inventario
promedio de entre dos y tres meses de venta. Por otro lado, en cuanto
a insumos, se producen frecuentes paradas de las l�neas de producci�n
por falta de �stos y, al mismo tiempo, hay exceso de lo que no se
ocupa. Por ejemplo, un caso reciente en una importante empresa mediana,
que analiz� este problema, calcul� en medio mill�n de d�lares anuales
el costo asociado a la detenci�n de m�quinas por falta de insumos
o repuestos.
La
raz�n detr�s de muchos de los problemas ejemplificados es que en
estas empresas no se hacen proyecciones informadas y rigurosas del
volumen de actividades esperadas a futuro y no se planifica en base
a ello que era exactamente lo que ocurr�a en el caso de la
empresa industrial del Punto 7.13, lo cual hace necesario
que trabajen "a ojo". Ahora, los patrones proponen, y
esto se ha mostrado factible en la pr�ctica en innumerables casos,
que se pronostique la actividad futura, usando m�todos anal�ticos
universalmente disponibles en software est�ndar. Por ejemplo, hay
varias decenas de casos documentados en memorias que muestran la
factibilidad de pronosticar ventas futuras con un margen de error
relativamente bajo, pero son poqu�simas las empresas que usan tales
m�todos.
Situaciones
como las descritas se reproducen en bancos con tr�mites y
demoras innecesarios en el procesamiento de transacciones,
compa��as de seguros con sistemas computacionales inadecuados,
duplicados e inconsistentes que demoran el proceso y en la
mayor�a de las empresas de servicios de todo tama�o.
Por
lo tanto, el potencial de mejora de servicio y de incremento de
productividad en empresas que no tienen replicaci�n es tambi�n muy
significativo.
Consecuentemente,
existe, lo que este he denominado, una "mina de oro" asociada
a la mejora de procesos. Lo que faltaba era un enfoque que hiciera
viable el explotar esta riqueza. Creemos que el enfoque de patrones
provee un m�todo apropiado para convertirla en beneficio social
o privado. El que se materialice tal beneficio no s�lo tiene consecuencias
de mayor generaci�n de riqueza, sino que est� relacionado con el
m�s trascendental objetivo de hacer las organizaciones m�s competitivas
en un mundo globalizado que as� lo exige.
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